Todos sabemos desde hace tiempo que los residuos plásticos son un grave problema para la sostenibilidad del Planeta. Pero en los últimos años el debate ha escalado en importancia, aún más si cabe, con la irrupción de los llamados microplásticos. Porque sí, los microplásticos están por todas partes. En la arena, en los peces, en el agua que bebes… e incluso en ti. Si alguna vez pensaste que el plástico solo era un problema visible, prepárate para conocer su lado más microscópico y persistente. Este tema incumbe a todos, también a ti, buceador.
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¿Qué son los microplásticos?
Empecemos por lo básico: los microplásticos son fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros. Algunos son tan pequeños que ni los ves, pero eso no los hace menos dañinos para el entorno.
Son dos los tipos principales que podemos identificar:
- Primarios: aquellos que ya nacen pequeños, como los microgránulos de productos cosméticos o las fibras de ropa sintética.
- Secundarios: trozos que provienen de plásticos más grandes que se rompen con el tiempo por la acción del sol, el agua o el movimiento.
En ambos casos, la problemática es similar, su desaparición es muy compleja o, en ocasiones, imposible. Se dispersan, flotan, se hunden, son ingeridos por animales y… siguen circulando, indefinidamente.
Impacto de los microplásticos en el medio ambiente y la salud

No es ninguna broma. Los microplásticos son uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad. Su impacto en el medio ambiente es brutal y la capacidad del ser humano para eliminarlos de forma eficiente, muy compleja. Entre otras razones, porque no se ven y están extendidos de forma global.
En el medio ambiente:
- No es comida, pero la fauna lo confunde como tal. Peces, tortugas, ballenas… suelen caer en la trampa. Las consecuencias son evidentes: problemas digestivos, desnutrición o incluso muertes masivas.
- Toda la cadena se ve afectada. Lo que come el pez pequeño, lo hereda el grande. Y si tú te comes al grande… ya sabes cómo sigue.
- Contaminan desde la superficie hasta las profundidades. No importa si buceas en el Caribe o en el Ártico: los microplásticos están allí, flotando, esperando.
En la salud humana:
Aunque aún se están investigando los efectos a largo plazo, ya se han encontrado microplásticos en órganos humanos, sangre y placenta. Estos plásticos pueden transportar contaminantes químicos adheridos a su superficie y alterar procesos hormonales o celulares.
¿Cómo puedes reducir tu generación de microplásticos?
Hemos hablado que es complejo erradicar los microplásticos presentes en los océanos, pero lo que sí podemos hacer es minimizar nuevos vertidos que haga aún más irreversible la situación. Aquí te damos algunas ideas para reducir tu impacto diario.
- Di adiós a las prendas sintéticas (o lávalas menos y con bolsas especiales que atrapen microfibras).
- Evita productos con microesferas exfoliantes, que aún se venden en muchos países.
- Usa botellas reutilizables y deja atrás las botellas de plástico de un solo uso.
- Revisa tus productos de higiene: champús, cremas, maquillajes… muchos contienen plásticos en formas diminutas.
- Compra a granel y lleva tus propios envases. Tu cocina (y el planeta) lo agradecerán.
Alternativas sostenibles: pequeñas decisiones, gran impacto
No estamos diciendo que cambies tus hábitos de un día para otro, pero sí que te aconsejamos que empieces a tomar decisiones más sostenibles para, poco a poco, minimizar tu impacto en el entorno y ganar conciencia sobre lo que supone nuestra huella en el Planeta. Aquí te dejamos algunas ideas con impacto real:
- Opta por ropa de algodón orgánico o fibras naturales: no solo dura más, sino que no deja residuos plásticos.
- Busca marcas comprometidas con el medio ambiente. Cada vez hay más opciones de productos sin plástico y con empaques biodegradables.
- Reutiliza, repara, reinventa: en lugar de tirar, piensa si puedes dar una segunda vida a algo.
- Infórmate y comparte: cuanto más sepas, más puedes influir en otros. Y créenos, el cambio colectivo empieza con decisiones individuales.

¿Puedes hacer algo como buceador?
Estamos convencidos de que así es. En DPM Diving tenemos como mantra que no formamos a buceadores, sino a embajadores del océano. De ahí parte nuestro enfoque claro en la sostenibilidad y la toma de conciencia medioambiental, para que cada inmersión sea respetuosa con todas las especies que podemos encontrar bajo la superficie. Si amas el océano, es hora de devolverle un poco del amor que te ha dado. Como buceador, tienes un rol especial como guardián del mar.
- Participa en limpiezas submarinas: muchos centros de buceo organizan jornadas para recoger residuos (y sí, ¡es más divertido de lo que parece!).
- Elige centros de buceo responsables: aquellos que promueven prácticas sostenibles y evitan dañar el ecosistema, como DPM Diving.
- Educa a otros buceadores: muchas personas no saben lo grave que es el problema de los microplásticos hasta que alguien se lo cuenta. ¡Sé tú esa persona! Ejerce como embajador del océano y difunde las acciones que podemos llevar a cabo para un buceo más responsable.
- Reporta zonas contaminadas: algunas ONG trabajan con información enviada por buceadores para mapear los lugares más afectados.
- Realiza un Programa de Buceo Ecológico: Algunas escuelas de buceo como DPM Diving cuentan con programas específicos de ecología, mediante los que profundizarás en el conocimiento del entorno marino, de determinadas especies o en acciones que puedes llevar a cabo durante tus inmersiones. Consulta nuestros programas en la web.
Los microplásticos son un problema real, pero también son una oportunidad para actuar con conciencia. No todo está perdido. El cambio empieza por mirar más allá de lo que flota en la superficie… y por entender que, aunque no veas los plásticos más pequeños, están ahí, esperando tu reacción.
¿Estás listo para bucear más profundo y hacer la diferencia?
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