Es difícil explicar la sensación de bucear es corrientes. Ese dejarse de llevar, flotando, sin oposición a una fuerza que te arrastra y te desplaza en un movimiento panorámico con toda la inmensidad del océano como paisaje. El buceo en corrientes no solo es emocionante, sino que también puede regalarte algunas de las mejores inmersiones de tu vida… siempre que sepas cómo manejarla, claro.
Aquí te traemos una guía práctica para que no acabes girando como calcetín en lavadora, y para que aprendas a sacarle todo el jugo a esas aguas en movimiento.
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¿Qué es el buceo en corrientes?
El buceo en corrientes (o drift diving, en inglés) es una modalidad, técnica o, en algunos casos, circunstancia eventual en un punto de inmersión determinado, cuya característica fundamental es que te dejas llevar por la fuerza del agua. Esto, naturalmente, tiene numerosas implicaciones. En primer lugar, que la corriente hace el trabajo por ti. Es decir, que vas a utilizar poco las aletas. Por otro lado, también precisa de una planificación minuciosa del buceo, por el simple hecho de que tienes que seguir la corriente y salir a la superficie en un punto concreto en la dirección indicada. Y por último, es una oportunidad fantástica de flotar tranquilamente mientras el paisaje marino va pasando frente a tus ojos.
¿Suena relajado? Puede serlo. Pero también puede convertirse en un caos si no sabes qué estás haciendo. Por eso, el conocimiento y la preparación son clave para disfrutarlo de forma segura.
Tipos de corrientes que puedes encontrar

No todas las corrientes son iguales, y entenderlas te puede salvar de un buen susto. Aquí te explicamos las más comunes:
Corrientes superficiales y profundas
Las corrientes superficiales son las que se sienten en los primeros metros de la inmersión. Pueden cambiar con el viento o las mareas, y suelen ser más predecibles. Las profundas, en cambio, son en ciertos casos indescifrables, y se caracterizan por ser más fuertes y frías. Si al descender notas que has entrado en una de esas corrientes y te está arrastrando hacia el fondo, lo más importante es mantener la calma, controlar la flotabilidad y analizar si es buena idea volver a la superficie.
Corrientes horizontales y verticales
Las horizontales son las más habituales: la sensación es la de ir en una cinta transportadora oceánica que te transporta de un punto a otro sin demasiado esfuerzo. Sin embargo, las verticales son otra cosa. Estas te arrastran hacia arriba o hacia abajo sin preguntar. Y sí, pueden ser bastante peligrosas si no estás preparado. La regla de oro es nunca luchar con una corriente vertical, controlando tu respiración y avisando al compañero si notas algún cambio brusco.
Drift diving o buceo a la deriva
El buceo a la deriva es lo más común cuando hablamos de corrientes. Te sumerges, te dejas llevar, y luego el barco te recoge “más adelante”. Es cómodo, divertido y te permite ver grandes extensiones de arrecife o vida marina sin hacer demasiado esfuerzo.
Eso sí, debes tener buena coordinación con el equipo de superficie. No es muy agradable salir a dos kilómetros del barco y tener que nadar hasta que te vean.
Equipo esencial para bucear en corrientes
No necesitas un arsenal de gadgets, pero sí hay algunos elementos que no pueden faltarte si vas a bucear con corrientes (si es una decisión consciente) o hay alguna posibilidad de ello:
- Boyas de señalización (SMB o DSMB): Para que el barco sepa dónde estás cuando salgas.
- Gancho de corriente: Si quieres quedarte en un lugar fijo sin gastar aletas ni aire.
- Silbato o shaker: Para llamar la atención de tu buddy (o del guía) si te separas.
- Reel o carrete: Muy útil para soltar la boya de seguridad desde profundidad.
- Aletas potentes: No es obligatorio, pero te dan más control si necesitas maniobrar con precisión.
Errores comunes y cómo evitarlos

Aprender de los errores ajenos es mucho mejor que vivirlos tú mismo, así que apunta:
- No revisar las condiciones del mar antes de bucear: Afortunadamente, las predicciones suelen ser bastante fiables, por lo que te ayudar a hacerte una idea aproximada sobre la intensidad de la corriente o la dirección. Ahora bien, ir mejor siempre alerta ante cualquier eventualidad.
- Separarse del grupo: Esto pasa más fácil de lo que crees. Simplemente el hecho de pararse a ver un coral o perseguir un nudibranquio singular puede hacer que te despistes de un momento a otro. Siempre mantente cerca del guía y de tu compañero.
- No llevar boya de señalización: Ya lo dijimos antes, pero lo repetimos porque es clave. Siempre lleva una. Siempre.
- Pánico al sentir la corriente: Si sientes que pierdes el control, respira profundo, no entres en pánico y sigue el plan de inmersión.
- Subir o bajar sin control: Esto puede pasar si no tienes bien ajustada la flotabilidad. Recuerda practicarla hasta que la tengas dominada.
Consejos de los instructores de DPM Diving
Nuestros instructores han buceado en algunas de las corrientes más desafiantes y espectaculares de lugares como Indonesia, Tailandia o México. Estas son sus recomendaciones de oro:
- Haz un buen plan de buceo: Antes de saltar al agua, asegúrate de entender bien la planificación de la inmersión y, por supuesto, pregunta libremente si necesitas algo.
- Confía en el guía: Si estás en un centro como DPM Diving, vas con profesionales. Déjate llevar por su experiencia.
- Practica tu flotabilidad antes de lanzarte a una corriente fuerte: Es la base para cualquier buceo exitoso.
- No te obsesiones con “controlar” la corriente: No puedes. Aprende a fluir con ella.
- Disfruta el paisaje: Muchas de las mejores inmersiones con corriente tienen vida marina increíble: mantarrayas, tiburones, peces pelágicos… ¡No pierdas la oportunidad de alucinar!
Así que ya lo sabes: el buceo en corrientes no es solo para buceadores expertos, pero sí para los que van preparados. Con el equipo adecuado, buena actitud y los consejos de los pros, puede convertirse en una de tus experiencias favoritas bajo el agua.
¿Listo para dejarte llevar (literalmente)?
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